El director de la Clínica Romero, Carlos Vaquerano, informó que el error fue cometido por una empleada que no siguió las instrucciones, misma que fue suspendida mientras avanzaban las investigaciones y posteriormente fue despedida.
Por Araceli Martínez Ortega
Los Ángeles, 4 de septiembre (La Opinión).- Más de dos mil pacientes denunciaron haber recibido dosis diluidas de la vacuna Pfizer contra la COVID-19 en dos de las sucursales de la Clínica Romero localizadas en Boyle Heights y Westlake, el año pasado. El problema es que se dieron cuenta hasta 10 meses más tarde de que les habían administrado una vacuna rebajada en agua, es decir, menos potente.
“Fue un error que cometió una enfermera, a quien después de una investigación, se le despidió por no seguir las instrucciones”, dijo a La Opinión, Carlos Vaquerano, director de la Clínica Romero.
“Ofrecemos disculpas a la comunidad afectada, pero quiero que sepan que en cuanto nos enteramos del incidente, de inmediato tomamos acción para corregirlo”, precisó.
Fue entre los meses de septiembre y octubre, cuando poco más de dos mil pacientes recibieron una dosis diluida de la vacuna Pfizer de COVID.
“Lo que sucedió es que en un principio Pfizer nos instruyó que se diluyera, pero luego hubo un giro en las órdenes, y nos dijeron que ya no había necesidad de agregar agua”, explicó.
Sin embargo, Vaquerano indicó que una enfermera de la Clínica Romero siguió aplicando las dosis diluidas en agua.
La Opinión intentó obtener una declaración de Pfizer respecto a lo ocurrido, pero al cierre de esta edición la farmacéutica no había hecho comentarios al respecto.
“En mayo de este año, otro empleado nos hizo ver lo que había pasado, y cuanto antes, suspendimos a la enfermera mientras la investigábamos, y posteriormente se le despidió por no seguir las instrucciones”.
Al mismo tiempo, dijo que se comunicaron con el Departamento de Salud Pública del Estado de California, el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y a la compañía Pfizer para notificarles del incidente.
“Ellos nos pidieron mandar cartas a todas las personas que se habían vacunado con la dosis diluida, para que se volvieran a poner la vacuna, si así lo deseaban; y también les proporcionamos un número 1-800 que ya no está disponible, pero que en ese momento era atendido por una enfermera para responder a todas sus dudas”.
Hizo ver que las cartas se enviaron entre junio y agosto a los pacientes.
“Hasta el momento nadie nos ha reportado haber sufrido un impacto adverso por haber recibido la vacuna de Pfizer diluida”.
Vaquerano dijo que si bien la Clínica Romero se hace responsable por el error humano de una sola empleada y ofrece disculpas, le piden a la comunidad que tome en cuenta que han estado a su servicio por más de 35 años.
“Peleamos mucho por el acceso a la vacuna porque el 95 por ciento de nuestros pacientes son latinos, 40 por ciento migrantes y ocho por ciento personas sin hogar. Servimos a los más pobres de nuestra comunidad. No queremos que olviden eso, porque nuestra guía es monseñor Romero”.
En un comunicado, Vaquerano había revelado que muchos pacientes expresaron gratitud por las rápidas acciones tomadas.
Los pacientes recibieron una carta de la clínica Romero en la que les informaban que la vacuna de refuerzo que recibieron hace un año, se había diluido, lo que daba como resultado una dosis menor de la recomendada de la vacuna Pfizer.
Y se les ofrece llamar a un número 1-800 para plantear preguntas. Vaquerano dijo que ese número estuvo en servicio por varios meses; y después de un tiempo, al no haber más llamadas, se canceló, pero dijo que la gente puede siempre llamar a los números de la clínica.
La dreamer Thania Karina Gómez publicó en Instagram: “Ustedes debieron hacer un mejor trabajo para comunicar esto. Mi mamá apenas recibió la carta sobre esta negligencia cuando fue distribuida hace unos meses”.
Agregó que “la información en la carta ya está obsoleta y ponen fechas para que la gente se vacune hasta el 30 de agosto y estamos en septiembre”.
Terminó diciendo que las acciones de la Clínica Romero son una completa falta de respeto.
“Aprendan a atender mejor a la comunidad a la que sirven”, les dijo en su publicación en Instagram.
Thania Karina envió a La Opinión el correo electrónico que mandó a la Clínica Romero, pero dijo que no obtuvo respuesta.
“Mi mamá ha sido víctima de su negligencia no sólo con la vacuna Pfizer, sino que le han cancelado sus citas. Me pregunto qué van a hacer con la vacuna, ya que la información que enviaron, llega con meses de retraso”.
Mencionó en el correo electrónico que “no es justo que le hagan esto a las comunidades de bajos ingresos, sobre todo a las comunidades migrantes. Necesitan tomar responsabilidad de sus acciones”.
En un comunicado, el Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, dijo que se enteraron del problema por primera vez el 8 de junio.
“El personal de enfermería se comunicó con el proveedor ese mismo día para determinar qué sucedió y confirmó que ocurrieron errores al diluir la vacuna en dos sitios diferentes”.
Posteriormente, confirmaron que la clínica había identificado el problema y ya había tomado medidas para corregirlo.
Cinco días después, los funcionarios del departamento de salud realizaron visitas a ambos lugares.
“Los problemas se abordaron con el director médico, el coordinador de vacunas y su equipo clínico. No se identificaron otros problemas durante las visitas”.
Dado que no estaba claro si las inyecciones iniciales incluían suficiente dosis para proteger contra el virus, las enfermeras del Departamento de Salud Pública aconsejaron a la clínica que volviera a administrar las inyecciones.
Si se administra una dosis inferior a la autorizada, los CDC dicen que los pacientes deben recibir una dosis repetida de inmediato, aunque algunos expertos recomiendan retrasar la dosis repetida durante ocho semanas.